sábado, 29 de noviembre de 2014

Podemos: ¿Izquierda Kitsch?

Mi primer recuerdo de Pablo Iglesias en la tele fue en El Gato al Agua, donde solían llevar uno o dos tertulianos de izquierdas, aparentemente para hacer de "sparrings" de los habituales de derechas. Pablo Iglesias me parecía un hombre menudo y tímido, más apropiado para fundar un grupo de lectura en alguna casa ocupa que un partido político (como se ve, tengo una gran intuición para la gente).

Curiosamente, aquel programa no sólo sirvió para la promoción de cara al "gran público" de políticos como el propio Pablo Iglesias y Antonio Carmona, también han sido varios los tertulianos que aprovecharon el tirón para fundar partidos Políticos: de nuevo Pablo Iglesias, pero también Mario Conde y Miguel Durán, de cuyos proyectos el único que parece perdurar es el de Pablo Iglesias, pero creo que interesa dejar claro que el suyo es un intento más entre muchos de aprovechar el hueco que iban dejando los partidos mayoritarios.

El caso es que nuestro tímido tertuliano evitó prudentemente "romper la cara" a sus compañeros de tertulia, y fundó un partido político: Podemos, tomando el viejo eslogan del progresismo americano, consagrado finalmente por Obama (Yes, we can).

Así nace Podemos, con una sencilla idea: el cabreo con el sistema bancario y empresarial, y un nebuloso odio hacia todo lo que se considere parte del mismo, sobre todo la otra casta.

Aquí conviene hacer una digresión, porque la existencia de una clase político-empresarial es difícil de negar, por mucho que los propios miembros se hagan los ofendidos. La prensa está repletas de noticias que nos muestras las alianzas entre miembros de la clase dirigente, aliados para dirigir las rentas comunes a sus bolsillos. La casta existe, se le ponga el nombre que se quiera, si bien es más que discutible que deba ser sustituida por otra nueva casta (se le ponga también el nombre que se quiera) de seres puros que han venido de las esferas celestes para mostrarnos, de nuevo, el camino al paraíso comunista. Ni siquiera eso, sino al paraíso comunista B, de segunda mano, feo y degradado, un paraíso Kitsch.

¿Qué es Podemos? La velocidad a la que ha crecido este partido-movimiento hace que sea difícil de definir, porque ha ido tomando forma durante el año en el que ha existido. Parece claro que de un movimiento popular compuesto de círculos de discusión y acción ha pasado a ser un partido según los esquemas habituales, pero por el camino ha dejado muchas cosas, y ha ido cogiendo otras.

Como "bautismo de fuego" se presentó a las elecciones europeas con un logo que era el retrato de su líder ¡Y triunfó! Lo cual nos da la medida de lo peligrosa que se vuelve la política cuando millones de ciudadanos se desesperan al no ver salida a su situación de pobreza, y deciden que no quieren un sistema que no les quiere a ellos.

El caso es que meses después de obtener muy buenos resultados en las elecciones europeas, Podemos se reúne para convertirse en partido ¡Y para hacer un programa! No es que quiera abusar de los signos de exclamación, pero: ¡Ahí está la clave!, ahora es cuando Podemos ha hecho un programa, entonces ¿Se puede negar que antes era sólo cabreo y desesperación?

La confección en este momento de dicho programa es una contradicción en sí misma, porque ¿Qué eran antes sino tenían un programa? Parece que un partido se forma para intentar sacar adelante unas ideas, pero no es el caso de Podemos, ellos tenían una marca, y ahora la tratan de llenarla de contenidos según quiera "el pueblo". Es hora de que el departamento de marketing pase a segundo plano, y empezar a producir.

Un partido debe ser un libro de ideas y proyectos, que se ofrece al público con intención de convencerlo y liderarlo, no un cuaderno en blanco para que el público escriba lo que quiere, porque eso es una marca, que se va construyendo según los estudios de mercado van indicando la preferencia de los consumidores.

Esta contradicción general se manifiesta en un montón de contradicciones particulares, muchas de ellas afectan a la figura de Pablo Iglesias, pero se ha puesto en entredicho todo el movimiento, al dejar claro que era un edificio sin cimientos, una fachada, un decorado.

Me queda de la duda de qué significará esto en un futuro. Tengo para mí que un triunfo importante de Podemos en unas elecciones generales nos descubriría que finalmente siguen siendo ellos mismos, y se han disfrazado de ovejas simplemente para pasar "el mal trago" de las elecciones. Una vez en el poder, viendo que sus medidas nos llevan todavía más a la pobreza, no tendrían otro remedio que "huir hacia delante", controlar los medios, buscar enemigos en todas partes... en fin, algo muy conocido y que se puede resumir en romper caras y hacer cacerías de fachas.


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