martes, 18 de noviembre de 2014

Robocop - 2014 - José Padilha

Nueva versión de la película de 1987, en la que se ha renovado la imagen, y hasta cierto punto la historia, aunque mantiene el interés por averiguar donde está el límite de lo humano, o al menos por darnos su versión. El autor, de nuevo, apuesta por el ser humano como algo cercano a lo espiritual, que es más mente que cerebro, entendido como sistema informático de gestión de la información.

El personaje clave para mí es, más que el metálico protagonista, el creador del engendro, el doctor Norton, bien interpretado por Gary Oldman, especialista en prótesis de última generación, que es capaz de unir el cerebro a un torso cibernético. En él se resuelve toda una serie de discusiones sobre el dinero, el prestigio, lo animal y lo humano, mientras va cayendo sin apenas darse cuenta desde sus ideales de ética médica a la dura práctica de la fabricación industrial con carne humana como materia prima. Dice de él Robocop que "...es un buen tipo", pero hasta los buenos tipos tienen su punto débil, y se pueden hacer malvados si se les aprieta.

De esta manera van modificando un ser humano con prótesis hasta convertirlo en en "una máquina que se cree Murphy", mutilando las zonas cerebrales que le permiten dudar o emocionarse, hasta que el cerebro pasa a ser un simple intermediario entre el programa informático y la prótesis, sin decisiones que tomar.

"Es una imitación del libre albedrío" dice, más o menos, el buen doctor, pero ¿No es así siempre, o al menos casi siempre? Quien verdaderamente lucha en la película por desrobotizarse es el propio científico, a quien continuamente le están recordando lo que ha hecho, porque lo cierto es que él no es consciente, traiciona y destruye a Murphy de manera automática, seguramente él diría en un juicio que no era completamente consciente, o sea, que era una imitación del libre albedrío.

También el frío hombre de negocios que costea la fabricación de Robocop, en un papel bien representado por Michael Keaton, es un robot, y sus empleados de marketing; por supuesto su mercenario y su comercial en televisión. En realidad pocos se salvan, entre los personajes principales sólo Murphy dentro de su prótesis y el doctor en su revelación moral nos aparecen como seres humanos libres, porque ocupan una zona intermedia, han visto el otro lado y han podido retroceder.

He leído críticas que han tratado bastante mal la película, porque es cierto que a veces se vuelve banal, pero ¡Es una película de acción! Algunos echan de menos el aspecto negro y cierto humor de la primera versión. Por mi parte creo que es cierto que esta película ni es negra ni tiene humor, pero también creo que esos defectos pueden verse como virtudes si nos damos cuenta de que no se pretende calcar la original, lo que nos intentan contar es otra cosa y hasta cierto punto necesita de otro lenguaje.

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