domingo, 17 de diciembre de 2023

Arte, Proganda y Política - 2021 - Paloma Hernández

Primer libro de la autora, pintora de profesión, o de origen, pero actualmente investigadora dentro de la Escuela de Filosofía de Oviedo de la fundación Gustavo Bueno (reza la contraportada). También realiza regularmente vídeos de contenido filosófico, dentro de su canal de Youtube, llamado FORJA, y en el mismo medio tiene algunos vídeos de divulgación publicados por el canal de la Fundación Gustavo Bueno.

Reconozco que compré el libro esperándome algún tipo de tratado de estética, o de ensayo dedicado a la crítica del arte moderno, pero la obra rebasa de inmediato estos límites y se convierte en un repaso, no exhaustivo pero sí de un valioso contenido divulgativo, a diversos contenidos del materialismo filosófico. En este sentido diría que es un libro importante, no sólo por el alcance de los temas tratados, sino por la habilidad de la autora, que consigue acabar un libro de lectura relativamente fácil y amena, al menos para quienes estamos razonablemente familiarizados con el vocabulario. Desde la perspectiva contraria, si alguien va a aprovechar la publicación de las obras completas de Gustavo Bueno para aproximarse a su obra, le recomendaría la lectura previa de este libro, como visión general del sistema, o quizás como primera aproximación al mismo.

Intentando una disección un tanto grosera del libro, diría que la primera parte del libro se dedica a la última época de de Gustavo Bueno, cuando se concentró especialmente en la Filosofía Política y a la Filosofía de la Historia, desde España Frente a Europa en adelante, por decirlo así, y en la segunda da un repaso sucinto a la ontología materialista. En general la autora viaja bien armada de las herramientas que este sistema filosófico proporciona, de manera que cuando lo necesita recurre con soltura a los Conceptos Conjugados o a la Teoría del Cierre Categorial.

Como pasa a veces al hablar de la obra de Bueno, uno se ve condenado o bien a hablar sólo para iniciados, a intentar explicarlo todo desde el principio, a remitir al filósofo, o a darlo por sabido y que sea lo que Dios quiera, cada una de estas opciones tiene sus propias ventajas e inconvenientes. Me limitaré a decir que en el libro se trasluce esta dificultad para determinar hasta donde se puede llegar con el lenguaje técnico y al tiempo atraer (para convencer) a suficiente público, pero también se comprueba como Paloma Hernández encuentra un equilibrio agradable y espero que útil entre todas estas opciones, a veces explicando, otras citando, otras aplicando el lenguaje técnico como sin darse cuenta de que lo es, etc.

No es que el libro no trate de arte, es cierto que primero efectúa desde sus coordenadas la crítica de la visión marxista-leninista de arte y después del arte conceptual, y no se debe restar interés a estos contenidos. Tanto la visión utilitaria del arte desde el punto de vista comunista, como la visión subjetiva del arte conceptual se ponen en contraposición con la ontología materialista para concluir que la obra de arte es un fenómeno en sí misma, que trasciende la utilidad que el autor o su tiempo le puedan dar (o que al menos puede trascenderla, lo cual sería suficiente para negar la premisa "utilitarista"), y por lo mismo está dotada de una objetividad que no permite reducirla a la interioridad mental o espiritual del artista, a sus ideas, o en general a ningún onanismo caprichoso del artista o crítico de turno.

Queda una tercera parte que es la preocupación y defensa de España. Aquí la autora toma también con fuerza el magisterio de Gustavo Bueno en la defensa de la Nación Española y de la Plataforma Hispánica, en contra de todos aquellos enemigos españoles y extranjeros, que se esfuerzan tanto por demostrar que no existen, como por acabar con ellas, contradicción que se asume de manera no problemática dentro del alucinado idealismo de la política y la comunicación de nuestros días, como dijo en su día Iglesias el menor: cabalgamos contradicciones (sin acabar de caerse de la burra, añadiría yo).

sábado, 9 de diciembre de 2023

Lady Ballers - 2023 - Jeremy Danial Boreing

Película de ficción producida por la compañía conservadora Daily Wire, habitualmente dedicada a noticias, documentales, podcast y otros productos tanto en su propia plataforma como en las generalistas tipo Youtube. No es muy normal empezar a hablar de una película refiriendose al posicionamiento político de la productora que la ha realizado, pero a este punto hemos llegado.

Además la película, que es una comedia, toca uno de los temas más populares de lo que se podría llamar polémica trans en el mundo anglosajón (quizás sólo por detrás de los tratamientos trans para menores), esto es, la participación de personas trans en competiciones deportivas femeninas. Uno de los momentos más famosos de esta polémica, quizás un momento inaugural, fue la competición entre la nadadora Riley Gaines y Lia Thomas, la propia nadadora tiene un cameo en esta película, así como los principales presentadores de la cadena. Hay que decir que el mensaje es a veces demasiado explícito, y esas partes desmerecen el tono general de humor, y además son innecesarias, dado que la película en sí misma no es nada sutil.

La peli muestra como un grupo de exjugadores de baloncesto de instituto de reúne de nuevo años más tarde para competir en la sección femenina de un campeonato de baloncesto (y de paso en muchos otros deportes, cuyas secuencias constituyen uno de los momentos más divertidos de la película). La peli tiene un esquema muy convencional, o, si se quiere, es la suma de muchos esquemas convencionales: el padre divorciado, el entrenador/profesor con pintoresco equipo/clase, la prensa como alivio cómico, la ñoñería intercalada, incluso la malvada más malvada del mundo. En este sentido, como tantas veces hemos dicho del cine actual, parece en cierta medida un refrito de comedias de décadas atrás.

Dado que es una comedia, la pregunta principal, más allá del mensaje, parece que debiera ser si la película es divertida, mi respuesta sería que no está mal. Mantiene el tono razonablemente a lo largo de toda la cinta, con distintas progresiones de los personajes: los propios jugadores, el entorno, la prensa... que ayudan a que no resulte plana. Tiene buenos chistes, aunque se apoya más en un humor físico de golpes y tropiezos, una charada de payasos, o sea, algo bastante gracioso, desde mi punto de vista.

Algunos de los actores a veces parecen aficionados, o simplemente fuera de lugar, incluido el entrenador (productor/protagonista/director de la cinta), que tiene algunos momentos buenos, pero en  otros que parecen sugerir que elegirse a sí mismo como protagonista no fue un acierto total. Lo mismo pasa con la mujer, que es la peor actuación de la película. En general no brilla por el desempeño de los actores, aunque los jugadores del equipo sí me han parecido buenos cómicos cuando les ha tocado el turno, o sea, me han hecho gracia, que es de lo que se trata.

En definitiva, la peli se deja ver, que no se espere uno cine de culto, pero sí la sensación agradable de las viejas comedias con las que se puede reír uno un rato, donde todos los personajes son buenos, y al acabar todos han aprendido algo nuevo.

La película no se proyectará en pantalla grande, o no se espera, con lo cual nos perdemos, como poco, un cierto experimento sociológico.