martes, 24 de noviembre de 2020

Lost in Math - 2020 - Sabine Hossenfelder

Llegué a este libro a través del canal de Youtube de la autora, física teórica alemana que se dedica a la investigación y a la divulgación. Os pongo aquí el vínculo, el canal es en inglés, pero la ventaja de que sea alemana es que pronuncia bastante claro para oídos no ingleses:

https://www.youtube.com/channel/UC1yNl2E66ZzKApQdRuTQ4tw

Sobre el libro, lo primero es que resulta difícil de clasificar. No es exactamente un libro de divulgación, y eso a mí me ha resultado un poco decepcionante, porque es lo que esperaba, es más bien un libro político-científico, entendiendo con esta fea yuxtaposición que me acabo de inventar, que intenta promover una organización de la investigación científica distinta a la que existe actualmente en occidente.

Su mayor defecto es la organización; para una persona que habla tan claro los diálogos del libro y la ordenación de las ideas son bastante caóticos, y tiene, para mí, un grave problema de edición. En este sentido parece escrito con prisa, y hubiera necesitado una mano experta para ordenar párrafos y diálogos.
Aparte de mostrar sus ideas tiene un hilo argumental, y es que Sabine, en primera persona, viaja por el mundo y entrevista a distintos físicos para intentar descubrir si conceptos no científicos como la belleza o la elegancia tienen demasiada importancia a la hora de elegir unas líneas de investigación frente a otras. Ella, como profesional, ya parte de que efectivamente estas ideas no sólo están presentes, sino que suponen un freno al progreso de la disciplina. 
Enlaza esta situación con otros problemas más inmediatos, como la forma en la que se dan las becas, los contratos a corto plazo, y la verificación de publicaciones científicas. Así se entrecruzan distintos problemas, que deberían separarse. Apunto los que me parecen los dos problemas principales:

Problema gnoseológico: la Física ha avanzado tanto que no se pueden diseñar experimentos para probar las teorías y modelos que actualmente postulan los teóricos, probablemente muchas de estas teorías no se puedan probar nunca, ni mediante observación de la naturaleza ni mediante experimentos.
Dado que no se puede demostrar con experimentos que una teoría sea verdadera o falsa, los investigadores tienden a sustituir el experimento por la coherencia matemática y la aprobación de "los pares" como métodos de validación, o sea, pretenden que la física deje de ser empírica a partir de un punto para convertirse en escolástica, o sea, en metafísica organizada.

Problema político-científico: el hecho de que las citas de artículos, o la aceptación de los pares pasen a tener un valor fundamental en el funcionamiento de la física, hace que los investigadores tengan más interés en socializar correctamente que en investigar correctamente. Si a esto le unimos el que los empleos son precarios y exigen, por lo tanto, éxitos a corto plazo, tendremos un montón de personas muy inteligentes aplicando su capacidad a mantenerse en el sistema, no a hacer avanzar la disciplina (que puede exigir más tiempo y paciencia).

En definitiva, ambos problemas hacen que se esté gastando mucho dinero en experimentos carísimos, sin justificar debidamente dicho gasto, apoyándolo en predicciones que a su vez están fundadas en la belleza y la elegancia de las teorías, que algunos tienen la esperanza de que sean traducción de la belleza y elegancia del universo. Apunta la autora también dos culpables principales: la Supersimetría y la Teoría de Cuerdas. Ambas teorías, postuladas hace décadas, han llegado a un callejón sin salida, toda vez que el LHC no ha conseguido sacar a la luz ni nuevas partículas ni nuevas dimensiones, y que además, no se sabe qué es peor, ha encontrado un Bosón de Higgs cuya masa no es la correcta (metedura de pata de la Naturaleza en este punto concreto).

Piensa la autora que ya está bien, y que hay que dar entrada a nuevos planteamientos teóricos que puedan ser testados, en lugar de seguir dando rienda suelta a la imaginación de físicos que ya no se ven constreñidos por la realidad a la hora de postular dimensiones, multiversos, CCC, etc.

Dentro de las entrevistas incluye a dos físicos que están, hasta cierto punto, fuera del mainstream: Garrett Lisi y Xiao-Gan Wen que intentan diseñar nuevos modelos, pero luchando contra la inercia de la Teoría de Cuerdas y la Supersimetría. En ningún momento se plantea que estos modelos sean mejores, sólo se nos muestra como es complicado hacer algo distinto de lo que "todo el mundo hace".

No sé muy bien como valorar el libro, creo que por la forma en la que está escrito sólo interesará realmente a los profesionales, para que lean un poco de "cotilleo técnico". Por mi parte esta mezcla de opiniones deslavazadas con las teorías pseudofilosóficas de la autora me cargan un poco, y creo que peca de lo mismo que acusa a otros: el contenido del libro se podía haber explicado y argumentado mucho mejor en 20 páginas bien razonadas, testadas con anécdotas, que en 250 páginas de conversaciones sobre lo que los físicos piensan de la física.

En conclusión, creo que he aprendido cosas, claro, pero también creo que hubiera preferido las 20 páginas bien razonadas.