viernes, 17 de junio de 2016

Macbeth - 1971 - Roman Polanski

Macbeth es la historia de un noble que llega a Rey de Escocia, y nos habla de muchas cosas: del destino y el día a día (a Dios rogando y con el mazo dando) de las edades del hombre, de la fidelidad, la conciencia, el valor, de todo lo que nos hace y nos deshace como personas.

Al principio de la obra el protagonista es un guerrero de éxito, cosecha victorias que deberían servir para asegurar el poder del rey Duncan, quien, agradecido, le muestra su aprecio y acrecienta su señoría dándole el señorío de Cawdor. Pero en su camino se cruzan unas brujas adivinas que le auguran que un día será rey, y de aquí la primera gran pregunta: ¿Qué hubiera sido del gran Macbeth si las brujas no le hubieran dado la seguridad que necesitaba para llegar a Rey? Nunca lo sabremos, quizás fuera apagándose con la edad, quizas honraría el señorío de Cawdor hasta ensombrecer el propio reino.

El caso es que las brujas espolean su ambición y, lo que es más importante, como decía, le dan la seguridad que necesitaba, más aún, la autoridad moral, ahora es un ungido por el destino y apartará de su paso todo lo que se cruce en su camino. Su mujer, Lady Macbeth, siente el mismo impulso, y así le ayuda en lo que puede, que es mucho.

Pero ser Rey no es tan fácil como parece, no sólo consiste en recibir honores y darse banquetes. Como bien sabemos los españoles, el primer deber del monarca es perpetuar su dinastía, y en el corazón de Macbeth las brujas han puesto la semilla de su perdición, al decirle a la vez que él será rey, pero le sucederán los hijos de su amigo Banquo. La preocupación por el futuro de sus hijos lleva a Macbeth a matar a Banquo e intentar lo mismo con el hijo de éste, pero el pequeño logra escapar.

Macbeth vuelve a recurrir a las adivinas, para preguntarles por su futuro, y la respuesta de nuevo es positiva y motivadora para el ahora Rey, y refuerza su pasión: no será vencido hasta que se mueva contra él el bosque de Birnam, y no podrá derrotarle nadie que haya nacido de vientre de mujer. Con estas ideas en la mente se siente a sí mismo invencible y actúa como tal.

De manera que vive su vida como todos los reyes de su tiempo, luchando y exterminando a sus enemigos y familiares de primer y segundo grado, gobernando con cierta tranquilidad y haciendo vida hogareña, aunque no todo son alegrías, porque tanto él como su mujer sufren episodios alucinatorios complicados con trastornos depresivos de cierta importancia.

Cuando se va haciendo viejo, a su alrededor los traidores se multiplican, se alían con fuerzas extranjeras (inglesas, nada menos) para acabar con el Rey y devolver el poder a la dinastía del difunto Duncan, que tan poco ha hecho para merecerlo.

Finalmente los augurios tenian algo de trampa, aunque han sido útiles durante muchos años, y el Rey cae, tras enfrentarse él sólo a un ejército y ponerle contra las cuerdas. Los vencedores profanan sus despojos, celebrando su vuelta a la oscuridad de la historia con el regreso de la dinastía anterior.


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