sábado, 6 de diciembre de 2014

La Reforma de la Constitución

Este año la fiesta de la Constitución se ha centrado sobre todo en las propuestas de reforma.

Yo tengo muchas reservas al respecto. La primera es que no me fio de la capacidad de nuestros políticos para renovar la Constitución para hacerla más sencilla y clara (más honesta) que la vigente. Ya se dejan ver distintas opiniones según las cuales en la constitución deben incluirse los temas más variados (como ya se hizo con el tema del déficit).

Además, me temo que nuestros políticos no están preparados para el acuerdo, como tampoco lo estuvieron en el 78, de manera que, ante esta incapacidad nos darán gato por liebre; en lugar de verdadero acuerdo pondrán en fila las ideas de todos, haciendo de la Constitución un texto intratable, que tienda a decirlo todo. Como digo esto ya pasó en el 78, pero hoy sería todavía peor. Si hoy tenemos un PP que aprueba leyes que un PSOE promete derogar si vuelve al gobierno ¿En qué se basan esos mismos políticos para suponer que podrán llegar a acuerdos sobre los mismos temas (educación, seguridad) a un nivel todavía más  fundamental?

Luego está el tema del nacionalismo.

Creo que la constitución debería deshacer el sistema autonómico y servir al proyecto de una España provincial. Pero personalmente me valdría casi cualquier constitución que "cerrara" las controversias sobre las autonomías, siempre que fuera aceptada mayoritariamente por los partidos nacionalistas, lo cual significaría tácitamente el final de sus reivindicaciones durante toda una generación ¿Es esto posible? De lo contrario la reforma constitucional no sería más que otra concesión, más profunda, a favor de los nacionalismos, que al día siguiente ya estarían reivindicando nuevos cambios, o aplicaciones más radicales que las previstas.

Esta debería ser la premisa del federalismo de Rubalcaba (o de cualquier otro), el ser firmado por los partidos nacionalistas, y por lo tanto aceptado como un régimen justo, o al menos aceptable, un principio para dedicarnos a otras cosas ¡Un sueño! Pero eso significaría también el final del nacionalismo como lo conocemos, y por lo tanto parece muy difícil que se llegue a ese punto.

En conclusión una nueva Constitución escrita es algo prácticamente imposible mientras la Constitución no escrita, el promedio de las opiniones, deseos, ideales, etc. de los españoles no tome una dirección más clara. Hoy vemos un gran abanico de opiniones sobre lo que España es y lo que debería ser, incluso si debe o no seguir existiendo, pero ninguna de ellas está madura para liderar una reforma constitucional, y sin este liderazgo, sencillamente, no es posible una buena constitución.

Como se puede comprobar por la mención a Rubalcaba, este artículo lo escribí el 6 de diciembre del año pasado, en un blog de la Comunidad de El País, que hoy ya ha desaparecido. Desde mi punto de vista sigue perfectamente vigente, además el empuje nacionalista y la aparición de Podemos hace que crea más firmemente todavía en esto que escribí.

Esta mañana en la 1 de TVE han dicho algo así que "como novedad" este año el día de la constitución está marcado por la propuesta de reforma. Es que tenemos muy poca memoria, porque nuestros políticos nos la borran para convencernos de que el mundo nace cada día con sus palabras.

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