sábado, 17 de septiembre de 2016

La Chaqueta Metálica - 1984 - Stanley Kubrick

Aunque soy aficionado al cine y creo haber visto casi todas las películas "imprescindibles", reconozco haber llegado a mi avanzada edad dejando pasar esta archiconocida La Chaqueta Metálica.

En cierta manera me alegro, porque para disfrutarla del todo creo que conviene estar contaminado de Oficial y Caballero, El Retorno del Jedi, Kung-Fu Panda y tantísimas películas y series en las que el duro instructor en el fondo es un gran sabio que utiliza el amor duro para romper la coraza que
impide al discípulo alcanzar todo su potencial.

En este caso no sucede así; el sargento psicópata no es un sabio, pero sí un profesional hábil con un objetivo claro, hacer de sus alumnos especialistas en la guerra, y para ello está dispuesto a pagar cualquier precio, incluso un número indeterminado de bajas entre ellos, o incluso cierta muerte moral de todos ellos. Para ser máquinas de matar parece fundamental que sean un poco máquinas.
Casi todos sobreviven a la instrucción, se puede decir que los reclutas mejoran en ciertos aspectos, pero algo de todos ellos se queda en el camino.

Luego viene la guerra, Vietnam. El protagonista, Joker, es un marine, pero al tiempo un periodista, encargado de hacer propaganda del papel de Estados Unidos en la guerra, escribiendo en la revista militar "Barras y Estrellas", propiedad del ejército. Eso es lo que hace, aunque lo mismo podía haber hecho lo contrario, escribir sobre Woodstock y los desastres de la guerra en Time.

Quizás éste sea el gran mensaje de la película, el gran cinismo: lo mismo se puede estar de un lado que de otro, y uno sigue siendo guapo, simpático, y no romper un plato. El soldado que parece al borde de ser un asesino es un héroe cuando sus compañeros están en peligro, el reportero se ahoga en su papel de observador y casi podría ser un drone grabando, porque tiene prohibida una reacción verdaderamente individual, como todos los demás.

Es un alegato en contra de la guerra desde el punto de vista del daño individual que produce incluso a quienes sobreviven y no son heridos en ella, en contra de la guerra como máquina de inmoralidad, de subversión de los principios y de los roles, de la guerra como sociedad antisocial.

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