Nos habla de un "buen patrón", una persona que posee una empresa y la dirige mediante una relación personal con cada empleado. No nos lo plantea como una excusa, como un patrón que finja preocupación y luego se eche a un lado, sino que realmente existe esa relación con sus empleados y realmente hay un cuidado mutuo, siempre que no haya conflicto de intereses, en cuyo caso la jerarquía prevalece absolutamente. En todo caso yo diría que es una relación de "patronus" en el sentido romano, para el cual sus empleados son como para aquel sus "clientes", resumiendo: una relación jerárquica de intercambio de favores. Como se ve, una relación cuya descripción también encaja con la de la mafia al estilo de "El Padrino".
La diferencia con la mafia es que la relación de la que se nos habla transcurre en un entorno laboral "normal", sin embargo no creo que ésta sea una condición básica para la historia. Con apenas un cambio de escenario podía haberse llamado "el buen concejal" en un ayuntamiento, "el buen líder" en un partido político, o "el buen director" en una ONG o en una película de cine (aquí que cada cual puede añadir los ejemplos que le parezca conveniente y la película resultaría igualmente creíble y cambiaría poco). Porque en realidad de lo que trata, quizás a pesar del director, es de cómo funcionan las relaciones cuando trascienden una normativa bajo la cual en teoría deberían funcionar, pero al mismo tiempo siguen inmersas en una jerarquía.
La película tiene una difusa carga ideológica (que quizás a quienes la han hecho les parezca clarísima), pero incluso en este sentido el propio planteamiento es aparentemente bastante limitado, porque elige una empresa industrial que fabrica básculas, en lugar de haber elegido algo menos neutro, como una gran constructora, o cualquier empresa que se mantenga a base de contratar con la administración. Por supuesto la crítica al patrón se amplía al alcalde y a la prensa, pero manteniendose en todo momento en la escala local, en lo pequeño, en lo individual, en lo familiar. No hay por qué entender que de esta manera se suaviza la crítica, al contrario, nos viene a decir que la corrupción, o como se quiera llamar, es muy densa, y ocupa todas las escalas.
Como he dicho en la primera frase la película se apoya sobre todo en la actuación de Javier Bardem, que es un protagonista omnipresente, y que además guarda tantos secretos y es tan individualista, que prácticamente tiene su propia película; el buen patrón es protagonista de una comedia, mientras los demás personajes viven pequeños o grandes dramas. Es un trabajo en el que el actor parece bajar al más pequeño de los detalles, y está bien en todos los entornos, se adapta tan bien como el propio personaje y no sólo no se le puede poner ninguna pega, sino que resulta difícil imaginar la película con otro actor.
En general me parece que merece la pena verla, tiene su punto de suspense y se pasa un buen rato, al menos yo lo he pasado.
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