lunes, 26 de enero de 2015

Apocalípticos e Integrados - 1964 - Umberto Eco

La obra de no-ficción más conocida de Umberto Eco, en la cual nos presenta una colección de ensayos con los que pretende explicar la cultura de nuestro tiempo, bajo el sistema generado a partir del concepto "cultura de masas".

Frente a la aparición o al menos crecimiento en importancia de esta cultura de masas, caben al menos dos posturas por parte del público: los apocalípticos creen que se está produciendo una banalización de los hechos culturales, una degradación, un alejamiento respecto a los productos de la alta cultura en favor de porquerías pseudoculturales de consumo masivo, mientras que los integrados disfrutan acríticamente de dicho consumo.

La postura de Umberto Eco parece más bien la de disfrutar, o al menos una postura intermedia, disfrutar críticamente. Nos habla desde una élite capaz de analizar todo el "abanico cultural" puesto a disposición del público actual (ya no tan actual, dado que la comunicación ha cambiado mucho desde 1964).

ALTO, BAJO, MEDIO
El libro se divide en 3 grupos de ensayos, la primera de la cual se titula "Alto, medio, bajo" y se propone como análisis general del problema de la jerarquía cultural. Desde el punto de vista técnico que representa, lo primero que hace es una clasificación entre la alta cultura, la media y la de masas, incluidas las relaciones entre estas esferas. En un primer momento parecen distinguirse los tipos desde una postura cercana a una visión esencialista de la producción cultural, pero en el desarrollo de la obra se van confundiendo mediante definiciones y descripciones dudosas y subjetivas.
Hay un párrafo que describe muy bien esta situación:
¿Qué es un periódico sino un producto, formado por un número determinado de páginas, obligado a salir una vez al día, y en el que las cosas dichas no serán determinadas tan sólo por las cosas a decir (según una necesidad absolutamente interior), sino también por el hecho de que una vez al día se deberá decir lo suficiente para llenar tantas páginas.

En general, cincuenta años después de ser escrito, esta parece una opinión aceptada por todos, si es que alguna vez fue polémica. Pero la clave de su punto de vista sobre la cultura nos la da Eco entre paréntesis: (según una necesidad absolutamente interior).

La cultura de masas empobrece, iguala y, lo peor de todo, es conservadora, porque su "deber" de llegar a todo el mundo, la obliga a ser "aceptable" para una buena cantidad de personas, en realidad una mayoría sociológica (esto lo digo yo, no él), así que hay una encrucijada, para que una crítica a la cultura de masas tenga éxito de público, a de ser o poder convertirse en cultura de masas.

Desde mi punto de vista, esto es como una ley natural. Por ello todo lo que tiene mucho éxito y se nos vende como rompedor de tabúes es falso, porque lo que es, sencillamente, es una demostración de que los tabúes ya están rotos, y no puede ser otra cosa.

Resumiendo: mi ejemplar de Apocalípticos e Integrados comprado en Amazon no deja de ser cultura de masas, de mejor o peor calidad que Los Vengadores o Crepúsculo, este juicio, simplemente, se da en otro plano.

A partir de este primer ensayo, más general, siguen otros dos más concretos, el segundo se titula "Estructura del mal gusto", en él se describe la cultura Kitsch como una imitación de la cultura verdadera, en un ensayo en el que se pierde entre la obra de arte verdadera y original que proporciona una auténtica experiencia estética, y su caricatura, que pretende pasar por arte, siendo sólo un esfuerzo por pulsar nuestros resortes emotivos.
Es difícil juzgar a Eco en este punto, porque sería necesario ser tan capaz como él de "experiencias superiores" al disfrutar de la obra de arte.

Llama la atención que la obra de arte, cuando se integra en la cultura de masas, pierde hasta cierto punto sus propiedades. Yo pensaba en el Gernika, como ejemplo, y por lo visto el mismo cuadro es distinto cuando lo mira el espectador cualificado y cuando lo miran otros menos capaces.

El tercer ensayo de la primera parte empieza con la lectura de una página de Steve Canyon, en cuyo análisis se comprueba perfectamente el jugo que un crítico adiestrado puede sacar de una obra en principio menor. A partir de ahí describe la relación de los comics con otras formas de cultura, fundamentalmente el cine, para acabar concluyendo que son básicamente conservadoras: el objetivo final es la salvaguarda del sistema mediante la reforma. Dan ganas de añadir: ¡Menos mal! ya que la reforma parece ser una buena manera de salvaguardar el sistema.

Con esta primera parte se supera la mitad del volumen, que todavía incluye otros siete ensayos, en dos partes: Los personajes y Los sonidos y las imágenes.

LOS PERSONAJES
Los personajes tienen que ser tipos humanos, pero para conseguir un tipo lo mejor es conseguir una persona individual lo más formada posible, lo más completa posible. Además, y aquí puede estar cierta clave de las novelas de Eco, también debe vivir los hechos fundamentales de su época, quizás por eso sus personajes parecen siempre claves en encrucijadas históricas, como agentes o al menos como testigos.

Curiosamente nos da para d´Artagnan la misma explicación que en Big Bang Theory dan para Indiana Jones: la relación, dentro del cuerpo de la obra, entre el personaje d´Artagnan y sus vicisitudes no es en realidad necesaria ni orgánica: d´Artagnan es un pretexto en torno al cual se producen hechos.

Del personaje genérico pasamos a El mito de Supermán. Una clave en el funcionamiento del superhéroe es la repetición. Las historias con las que nos bombardean a todas horas son prácticamente la misma, el mismo esquema con leves repeticiones. Si esto era cierto en 1964, hoy día da hasta miedo como los personajes son todos iguales en el cine comercial, sustituyendo poco más que los nombres y el vestuario.

Un factor clave en Supermán (como en Los Simpson y muchas otras series, añado yo) es el hecho de que el tiempo no pasa por ellos, al final de un episodio todo debe estar restituido al estado anterior, o, al menos, al principio de un episodio deben olvidarse la mayor parte de los cambios que se hayan producido anteriormente, de lo contrario los personajes envejecerían.

Mientras el ensayo nos explica Superman, nos da la definición, más que conveniente, de hombre heterodirigido: un hombre que vive en una sociedad de alto nivel tecnológico y dentro de una especial estructura social y económica, al cual se sugiere constantemente aquello que debe desear y como obtenerlo, según determinados procedimientos prefabricados que le eximen de tener que proyectar arriesgada y responsablemente.

Después de Supermán pasa a Charlie Brown, más conocido como el dueño de Snoopy, en cuyos personajes advierte gran profundidad.

LOS SONIDOS Y LAS IMÁGENES
Pasa por último a hablar de las canciones y la televisión. La música sigue un proceso de repetición parecido al de la narrativa, donde  ...la novedad es introducida con tino, a dosis, con el fin de despertar el interés del comprador, sin contrariar su pereza. Normalmente en el libro se usa un palabro horrible: fruidor, para quien disfruta la obra de arte, pero adviértase que aquí por contra se usa comprador.

Respecto a la televisión, parece que hoy día este ensayo hubiera sido el núcleo del libro, ampliándolo y desarrollándolo, dada la importancia que el medio ha asumido en las últimas décadas. La televisión es el gran rasero cultural, en el cual todos nos igualamos. Pero para el autor, ni la mayoría social ni siquiera el ciudadano promedio son el patrón con el que se nivela el producto televisivo, son los intereses de las empresas anunciadoras, según los cuales se educa al público.

Es pues, la televisión, sobre todo un peligro a tener en cuenta: Incluso si se admite que en este terrible y potente medio de masas se encierran y reúnen la varias posibilidades de difusión para el futuro próximo, es preciso no olvidar la naturaleza emocional, intuitiva, irreflexiva, de la comunicación por la imagen.

El último ensayo del libro, Los nihilistas flamantes, se dedica a los apocalípticos profesionales, aquellos que viven de decir que esto no puede ser, ya no negando la realidad, sino tomando un punto de vista de esto no debió haber sucedido.

Como conclusión ¿Apocalíptico o Integrado? Este libro no es para clasificar al público en general, ni al lector en particular.

Si se puede resumir un mensaje para todos los ensayos, creo que sería el esfuerzo para aceptar la realidad, manteniendo a la vez la capacidad para ejercer la crítica sobre lo que vemos.

Si hay algo peor que ser un integrado en nuestra cultura de masas es ser un apocalíptico; pero, si hay algo peor que ser  un apocalíptico, es integrarse en nuestra cultura de masas.






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