Publica esta semana el periódico digital un artículo de Ramón Tamames sobre la teoría de la evolución, ya desde el título "El evolucionismo" este artículo tiene algo que suena a falso y antiguo, a pequeño y mezquino.
En él, con el mejor estilo de periodismo de cotilleo, el autor intenta tirar piedras sobre el descubridor de la teoría de la evolución, y sobre su obra. Así que, aprovecho para aclarar algunos puntos supuestamente polémicos:
Wallace, que desarrolló la teoría independientemente, siempre aceptó como superior la teoría de Darwin, quien, por otra parte, comenta sin reservas teorías previas a la suya en "El Origen de las especies", en ningún momento se considera inventor de el evolucionismo, o transformismo, sí, en todo caso, de la selección natural, o de su versión más completa.
Las leyes y teorías científicas rara vez (¿o nunca?) son obra de una sola persona (¿Acaso la relatividad es fruto solamente de Einstein? Claro que no). Las grandes teorías tienen mucho de grandes unificaciones.
La selección natural cabe en dos líneas, no hacen falta 12 holandesas, pero la exposición y defensa de la teoría de Darwin, usando todos los conocimientos disponibles en su momento sin duda requería este gran libro que es "El origen de las especies".
viernes, 8 de septiembre de 2017
sábado, 2 de septiembre de 2017
El fundador - 2016 - John Lee Hancock
Reconozco que en los primeros momentos me pareció ridícula, incoherente en la presentación de un personaje que al tiempo es un perdedor, incapaz de vender una batidora, pero que se gana la vida muy bien, quien de pronto se ve metido en las cocinas de McDonal´s sin ninguna intención, casi forzado por la educación. Hasta aquí simplemente infantil.
Pero además parece una especie de publireportaje de McDonald´s: que si es la mejor hamburguesa que se ha comido jamás, que si el sueño cumplido de empresa revolucionaria... luego empeora, porque resulta que todo lo que es necesario para que crezca la empresa es olvidarse de "los ricos" y fijarse en la clase obrera y la familia, dar una oportunidad a aquellos que no quieren invertir, sino llevar un negocio, ese es el verdadero espíritu de la franquicia, "la nueva religión de América" está hecha para los trabajadores, por los trabajadores.
Y no sólo por lo que se dice explícitamente. Las imágenes del fundador buscando franquiciados son en sí mismas como un enorme anuncio de multinacional: hombres y mujeres de todas las razas, sonrientes e ilusionados por la oportunidad que se les ofrece de llevar una vida plena, finalmente incorporados a la sociedad no como explotados, sino como líderes.
Según las críticas que he leído, el mensaje se oscurece al final de la película, pero personalmente no lo tengo nada claro. Es cierto que el protagonista (alerta espoiler) engaña, a sus socios, pero se va justificando este engaño a lo largo de toda la película, echando basura sobre la gestión de los engañados ¡Se lo merecían! Y por si no es suficiente, se llevan 1,35 millones de dólares cada uno por el trabajo que ha hecho otro.
También engaña a su mujer, pero también esto se va preparando toda la película, y todo se justifica cuando nos explican que, finalmente, la mujer de su vida era la esposa de un socio, los dos viven juntos comiendo perdices hasta el final, y además donan su fortuna a obras benéficas. ¡No se puede ser más bueno!
Lo mejor de la película, en esto parece coincidir todo el mundo, son las actuaciones. La elección de Michael Keaton como protagonista es casi el único signo de que no se quiso hacer un héroe total del personaje, porque es un gran actor, que siempre da algo oscuro, antipático, casi desagradable a sus personajes, y al tiempo los hace carismáticos y, de alguna manera, poderosos.
En defintiva, no sé si el director quiso ser irónico, o contarnos un cuento para niños disfrazado de aventura para mayores (no hace falta fijarse mucho para ver que al final todos los buenos son premiados y los malvados castigados, la justicia prevalece, y sobre todo, la franquicia prevalece).
Pero además parece una especie de publireportaje de McDonald´s: que si es la mejor hamburguesa que se ha comido jamás, que si el sueño cumplido de empresa revolucionaria... luego empeora, porque resulta que todo lo que es necesario para que crezca la empresa es olvidarse de "los ricos" y fijarse en la clase obrera y la familia, dar una oportunidad a aquellos que no quieren invertir, sino llevar un negocio, ese es el verdadero espíritu de la franquicia, "la nueva religión de América" está hecha para los trabajadores, por los trabajadores.
Y no sólo por lo que se dice explícitamente. Las imágenes del fundador buscando franquiciados son en sí mismas como un enorme anuncio de multinacional: hombres y mujeres de todas las razas, sonrientes e ilusionados por la oportunidad que se les ofrece de llevar una vida plena, finalmente incorporados a la sociedad no como explotados, sino como líderes.
Según las críticas que he leído, el mensaje se oscurece al final de la película, pero personalmente no lo tengo nada claro. Es cierto que el protagonista (alerta espoiler) engaña, a sus socios, pero se va justificando este engaño a lo largo de toda la película, echando basura sobre la gestión de los engañados ¡Se lo merecían! Y por si no es suficiente, se llevan 1,35 millones de dólares cada uno por el trabajo que ha hecho otro.
También engaña a su mujer, pero también esto se va preparando toda la película, y todo se justifica cuando nos explican que, finalmente, la mujer de su vida era la esposa de un socio, los dos viven juntos comiendo perdices hasta el final, y además donan su fortuna a obras benéficas. ¡No se puede ser más bueno!
Lo mejor de la película, en esto parece coincidir todo el mundo, son las actuaciones. La elección de Michael Keaton como protagonista es casi el único signo de que no se quiso hacer un héroe total del personaje, porque es un gran actor, que siempre da algo oscuro, antipático, casi desagradable a sus personajes, y al tiempo los hace carismáticos y, de alguna manera, poderosos.
En defintiva, no sé si el director quiso ser irónico, o contarnos un cuento para niños disfrazado de aventura para mayores (no hace falta fijarse mucho para ver que al final todos los buenos son premiados y los malvados castigados, la justicia prevalece, y sobre todo, la franquicia prevalece).
sábado, 19 de agosto de 2017
Passengers - 2016 - Morten Tyldum
Una película para mayor lucimiento de guapos, que se ven atrapados en una nave espacial camino de un nuevo planeta: el hombre colonizando el espacio exterior. Pero, lamentablemente, para la mayor parte de la historia no importa mucho que fuera el espacio exterior o una isla desierta; es cierto que la estética futurista y los paseos fuera de la nave están bien realizados y aprovechados, pero no mejora las mismas escenas en El Marciano o, por supuesto, Gravity, y lo mismo podían ser una pareja de robinsones en el trópico.
En realidad lo más aprovechable de la película es lo menos aprovechado, los dilemas ante una situación extrema en la que cada decisión puede significar la vida y la muerte de otros, o de uno mismo, las relaciones entre dos personas condenadas a convivir en solitario (o no), que por lo visto tienden a ser buenísimas, etc. Pero todo esto se diluye y desaprovecha en nombre de la alegría y el optimismo, convirtiendo la película es un collage, un conglomerado de partes inconexas cuyo único propósito parece ser vendernos a los protagonistas. Como es bastante habitual en el cine actual, un puzzle cuyas piezas parecen sacadas de distintos puzzles, y se recortan un poco para hacerlas encajar.
Ya en el campo de la ciencia ficción, me ha gustado el generador de fusión con el que funciona la nave y el darle cierta presencia al dinero en su forma más cotidiana, dado que es un servicio contratado lo que los protagonistas están utilizando. Por el lado negativo, parece un poco cogido por los pelos todo lo referido a la velocidad a la que viaja, y, sobre todo, la incoherencia entre una nave superinteligente, que a la vez es superidiota, de manera que a la vez cree estar en su destino y a medio camino, y así un poco todo.
Resulta entretenida, eso sí, casi todo el rato, oscilando entre la comedia romántica y la película de aventuras, no es muy larga para los metrajes actuales, casi dos horas, y en ese sentido está bien medida, suficiente para dar un tiempo a cada fase de la película, y parando justo a punto de empezar a ser pesada.
En realidad lo más aprovechable de la película es lo menos aprovechado, los dilemas ante una situación extrema en la que cada decisión puede significar la vida y la muerte de otros, o de uno mismo, las relaciones entre dos personas condenadas a convivir en solitario (o no), que por lo visto tienden a ser buenísimas, etc. Pero todo esto se diluye y desaprovecha en nombre de la alegría y el optimismo, convirtiendo la película es un collage, un conglomerado de partes inconexas cuyo único propósito parece ser vendernos a los protagonistas. Como es bastante habitual en el cine actual, un puzzle cuyas piezas parecen sacadas de distintos puzzles, y se recortan un poco para hacerlas encajar.
Ya en el campo de la ciencia ficción, me ha gustado el generador de fusión con el que funciona la nave y el darle cierta presencia al dinero en su forma más cotidiana, dado que es un servicio contratado lo que los protagonistas están utilizando. Por el lado negativo, parece un poco cogido por los pelos todo lo referido a la velocidad a la que viaja, y, sobre todo, la incoherencia entre una nave superinteligente, que a la vez es superidiota, de manera que a la vez cree estar en su destino y a medio camino, y así un poco todo.
Resulta entretenida, eso sí, casi todo el rato, oscilando entre la comedia romántica y la película de aventuras, no es muy larga para los metrajes actuales, casi dos horas, y en ese sentido está bien medida, suficiente para dar un tiempo a cada fase de la película, y parando justo a punto de empezar a ser pesada.
martes, 15 de agosto de 2017
Ghost in the Shell - 2017 - Rupert Sanders
Estos días parece que se ha puesto de moda alabar el "empoderamiento" de la mujer, en concreto de una, Charlize Theron en Atómica, insistiendo en la supuesta novedad de que una mujer sea héroe (heroína) de acción. Pero son tonterías, al ser las peleas en el cine tan falsas como los pueblos del oeste, o los duelos al sol, los golpes de Arnold pueden doler lo mismo que los de su abuela, según lo exija el guión.
Así que, lo primero, me gustaría recordar a Geena Davis, que sí fue pionera en este campo, como pirata en La Isla de las Cabezas Cortadas y como agente secreto en Memoria Letal, y también aprovecho para destacar el desparpajo de Kung-Fusion, que nos demuestra como las peleas espectaculares están al alcance de todos los físicos de cualquier sexo y condición.
A estas alturas los ejemplos de luchadores y luchadoras de características variadas son numerosos, y hoy hablamos de un ejemplo más (por cierto, en el ambiente cibernético se me olvidaba nada menos que Matrix, cuya escena más popular fue, seguramente, la primera pelea de Trinity). El caso es que tenemos de nuevo una mujer, aunque mujer/robot, que se enfrenta al crimen dando patadas y pegando tiros como una campeona.
Aunque Scarlett Johansson siempre está bien, arriesga bastante en estas películas en las que lleva todo el peso, tanto respecto a la historia como al atractivo en taquilla, y que lo mismo pueden ser un éxito (Lucy) como un fracaso (ésta de la que hablamos). Desde mi punto de vista esta película tiene más sentido que Lucy, que es una tontería sin pies ni cabeza, sin embargo no ha tenido el mismo éxito comercial. Por lo que sea no queríamos este nuevo Robocop, pero sí nos apetecía otro Cortador de Césped.
No es una película de ideología revolucionaria, aunque pudiera parecerlo por la estética, al contrario, tiene un trasfondo conservador, en favor del status quo, que consiste en que al final el sistema funciona (lo cual me gusta) y viene acompañada de cierta polémica respecto a que los actores protagonistas son occidentales, representando personajes japoneses, personalmente creo que es algo que se puede obviar, claramente ha faltado o bien valor para hacerlo todo con japoneses, o bien coherencia para cambiar los nombres y la ubicación, pero son defectos menores una vez uno está dispuesto a entrar en la historia (o no), aunque se entiende que tengan importancia para los seguidores del manga.
Resulta entretenida, con la falsa profundidad de cierta estética moderna, basada, quizás, en la religiosidad de todo.
Así que, lo primero, me gustaría recordar a Geena Davis, que sí fue pionera en este campo, como pirata en La Isla de las Cabezas Cortadas y como agente secreto en Memoria Letal, y también aprovecho para destacar el desparpajo de Kung-Fusion, que nos demuestra como las peleas espectaculares están al alcance de todos los físicos de cualquier sexo y condición.
A estas alturas los ejemplos de luchadores y luchadoras de características variadas son numerosos, y hoy hablamos de un ejemplo más (por cierto, en el ambiente cibernético se me olvidaba nada menos que Matrix, cuya escena más popular fue, seguramente, la primera pelea de Trinity). El caso es que tenemos de nuevo una mujer, aunque mujer/robot, que se enfrenta al crimen dando patadas y pegando tiros como una campeona.
Aunque Scarlett Johansson siempre está bien, arriesga bastante en estas películas en las que lleva todo el peso, tanto respecto a la historia como al atractivo en taquilla, y que lo mismo pueden ser un éxito (Lucy) como un fracaso (ésta de la que hablamos). Desde mi punto de vista esta película tiene más sentido que Lucy, que es una tontería sin pies ni cabeza, sin embargo no ha tenido el mismo éxito comercial. Por lo que sea no queríamos este nuevo Robocop, pero sí nos apetecía otro Cortador de Césped.
No es una película de ideología revolucionaria, aunque pudiera parecerlo por la estética, al contrario, tiene un trasfondo conservador, en favor del status quo, que consiste en que al final el sistema funciona (lo cual me gusta) y viene acompañada de cierta polémica respecto a que los actores protagonistas son occidentales, representando personajes japoneses, personalmente creo que es algo que se puede obviar, claramente ha faltado o bien valor para hacerlo todo con japoneses, o bien coherencia para cambiar los nombres y la ubicación, pero son defectos menores una vez uno está dispuesto a entrar en la historia (o no), aunque se entiende que tengan importancia para los seguidores del manga.
Resulta entretenida, con la falsa profundidad de cierta estética moderna, basada, quizás, en la religiosidad de todo.
sábado, 6 de mayo de 2017
Timeo - S IV a.c. - Platón
Adelantándose a nuestro tiempo, en el que nada parecer poder ser ya escrito en una sola obra, Platón escribe una trilogía: La República, Timeo y Critias. En La República nos cuenta como debe ser un estado ideal, curiosamente un sueño demente de totalitarismo, en el Timeo se cuenta el origen del hombre y del universo, es un relato de la creación, pero también de cosmología y de anatomía, una descripción de nuevo matemática y mecanicista que cómo no tendrá sus herederos. Finalmente en el Critias se desarrollará la historia de Atenas y la Atlántida.
El Timeo era la única obra de Platón conocida en la Edad Media, por lo que cuando se habla de la grandeza de Platón durante 10 siglos, se refiere precísamente a este diálogo. Es una obra muy compatible con el cristianismo, dado que habla de un Dios creador del hombre, que incluye dentro de nosotros un alma inmortal que debemos de cultivar.
En cuanto al esquema de la obra, se puede dividir fácilmente en varias partes:
1. Nos recuerda la charla que los protagonistas han tenido el día anterior, y que constituye La República, haciendo un breve repaso de la misma.
2. Timeo toma la palabra para explicar su idea del mundo y desarrolla con bastante claridad el mundo ideal de Platón, un mundo que existe siempre, o más bien fuera del tiempo, y que sirve de modelo al gran dios, el demiurgo, para construir el nuestro, éste ya imperfecto, porque sólo es reflejo de las ideas.
3. Según nos va contando como se realiza la creación, nos va explicando como es: un universo perfecto (por lo tanto esférico) con la tierra girando en el centro del mismo y los demás planetas alrededor (hay un mito que dice que se creyó que la tierra es plana hasta el renacimiento, pero esto no es así).
4. Finalmente, del cosmos pasamos al hombre, cuya creación se convierte en un tratado de anatomía y, ya de paso, de mecánica. Es una concepción atomista, según la cual el triángulo es el átomo principal, que se divide en tres tipos (equiláteros, isósceles y escalenos, claro), y que según su forma y tamaño tienen diversas propiedades. Dichos triángulos, además, se pueden juntar en forma de sólidos regulares que a su vez conformarán los 4 elementos. De las propiedades de los triángulos y de las mezclas de los cuatro elementos se deriva nuestra propia vida; su duración, la salud y la enfermedad, etc.
Para Platón, como para la biblia, en el principio era el hombre. No considerado como ser humano, sino como varón. Aunque es lo mejor que se pudo construir con el material disponible, el hombre tiene defectos, y de ellos, mediante la reencarnación, se van formando las mujeres y los animales (de los hombres débiles y cobardes, por lo visto, surgen las mujeres), si un hombre es frívolo se reencarna en pájaro, si es tonto de remate en pez, y así sucesivamente. Una vez los animales se han formado de esta manera, también hay un camino de salvación, un camino de vuelta: da a entender que si un pez es especialmente filosofante, puede ir subiendo escalones hasta volver a ser hombre.
viernes, 6 de enero de 2017
Guerra Total (Cymbeline) - 2014 - Michael Almereyda
Es una adaptación de una de las obras menos conocidas de Shakespeare, o no una de las más populares. Ya hablamos en su día de la versión realizada por la BBC en los ochenta, pero esta adaptación es distinta, realmente muy distinta.
En español se conoce la obra como Cimbelino, aunque en esta ocasión han cambiado el título a Guerra Total, y le añaden el nombre en versión original, para aclarar de qué se está hablando. Puede encuadrarse dentro del numeroso grupo de obras que el bardo dedica a la historia de Inglaterra. En esta ocasión nos cuenta los enredos familiares de un rey bretón en guerra con los romanos.
La adaptación, en pocas palabras, resulta ridícula. Son numerosas las obras del autor que han sido versionadas en un ambiente actual con desigual resultado: Titus Andrónicos, Hamlet, Romeo y Julieta, Mucho Ruido y Pocas Nueces, Coriolano... y supongo que otras que yo no haya visto; el caso es que esta es probablemente la peor, aunque tampoco el Hamlet de Ethan Hawke parece que sea una película de las que animan a repetir (también tiene su pequeño papel en esta adaptación).
Intentan aprovechar el tirón de actores conocidos: Ed Harris, Mila Jojovich, Ethan Hawke, etc. Y no se explica muy bien cómo se les convence para meterse en este proyecto, pero el caso es que no pueden negar que están ahí, aunque supongo que les gustaría, y no es sólo que los actores no están perfectos, sino que la ambientación, que es el gran error, les hace quedar en ridículo. El rey, Ed Harris, se transforma en el líder de una banda de moteros, que vive en un chalet anticuado con una esposa que parece ejecutiva de alguna empresa y el hijo de ambos, tonto de capirote, que no sabe a qué atenerse, lo cual no puede extrañar a nadie. Los romanos son policías, que quieren cobrar un tributo a los moteros; y al negarse éstos se desata la guerra, no sólo eso: ¡la guerra total! Todo ello en una estética digna de Grease, con lo cual no se entiende que hayan dejado pasar la posibilidad de contratar directamente a John Travolta, que peor no hubiera quedado.
He leído algunas críticas a esta película que consideran un error la ambientación actual en las obras de Shakespeare, pero no creo que este sea el problema, sino el borrar concienzudamente toda la épica de la historia: un jefe de moteros no es un rey, sus peleas con la policía no son una guerra, ni, ya puestos, queda muy bien ver al héroe pasear en patinete, lánguidamente, sumido en sus meditaciones (no estoy seguro, pero creo que llegan a llamarle su montura).
En un episodio de Los Simpson, Moe cambia su taberna cutre por un local moderno, en un momento dado, harto de tanta sofisticación, sintoniza un partido de fútbol en la tele, y un cliente le advierte de que, salvo que sea una ironía, debe quitar el partido.
Pues eso, o esto es una enorme broma, o mejor no hacerlo.
En español se conoce la obra como Cimbelino, aunque en esta ocasión han cambiado el título a Guerra Total, y le añaden el nombre en versión original, para aclarar de qué se está hablando. Puede encuadrarse dentro del numeroso grupo de obras que el bardo dedica a la historia de Inglaterra. En esta ocasión nos cuenta los enredos familiares de un rey bretón en guerra con los romanos.
La adaptación, en pocas palabras, resulta ridícula. Son numerosas las obras del autor que han sido versionadas en un ambiente actual con desigual resultado: Titus Andrónicos, Hamlet, Romeo y Julieta, Mucho Ruido y Pocas Nueces, Coriolano... y supongo que otras que yo no haya visto; el caso es que esta es probablemente la peor, aunque tampoco el Hamlet de Ethan Hawke parece que sea una película de las que animan a repetir (también tiene su pequeño papel en esta adaptación).
He leído algunas críticas a esta película que consideran un error la ambientación actual en las obras de Shakespeare, pero no creo que este sea el problema, sino el borrar concienzudamente toda la épica de la historia: un jefe de moteros no es un rey, sus peleas con la policía no son una guerra, ni, ya puestos, queda muy bien ver al héroe pasear en patinete, lánguidamente, sumido en sus meditaciones (no estoy seguro, pero creo que llegan a llamarle su montura).
En un episodio de Los Simpson, Moe cambia su taberna cutre por un local moderno, en un momento dado, harto de tanta sofisticación, sintoniza un partido de fútbol en la tele, y un cliente le advierte de que, salvo que sea una ironía, debe quitar el partido.
Pues eso, o esto es una enorme broma, o mejor no hacerlo.