viernes, 28 de noviembre de 2025

Frankenstein - 2025 - Benicio del Toro

Encuentro una extraña mezcla de fidelidad al espíritu de la historia y al tiempo gran novedad en su desarrollo, en esta película de Benicio del Toro.

No creo que se le deba especial respeto a estas alturas a un personaje que ha escapado numerosas veces y en los registros más variados del libro en el que fue creado, así que por ese lado no merece la pena hacer mucha crítica. Antes de enfadarse con del Toro habría que enfadarse con Abbot y Costello, y con tantos otros que han hecho su propia versión.

¿Qué nos ofrece esta película? La salvación completa del monstruo, que además nos salva a los miserables humanos ¡Pero miserables!. Mientras que uno tendería a pensar que el Moderno Prometeo de la novela es el doctor Frankenstein, que nos entrega una nueva ciencia, una nueva tecnología, y recibe su castigo, al ser su hígado eternamente consumido por el monstruo que el mismo ha creado, en la película que nos ocupa es la criatura quien nos trae una nueva humanidad, salvífica en todo punto, y su castigo eterno es convivir con nosotros.

Supongo que no por casualidad la estética del momento de dar vida al nuevo ser es religiosa/sadomaso, porque, en efecto, Victor está dando vida al Cristo, en su versión de "hijo del hombre", quien en su momento dará verdadera vida a Victor. El monstruo es fuente de agua viva, se revela como Dios a una virgen maría masculina y culpable, que es el doctor.

Reconozco que nada más empezar la película pensé que iba a ser una idotez, porque se convierte almonstruo en un auténtico superhéroe (no daré más referencias por no hacer demasiado spoiler), pero según fue transcurriendo fue creciendo mi interés por lo que estaba viendo. Pese a que la simpatía por el monstruo era muy previsible dado el director, la manera de expresarla, de una manera tan religiosa (también simplona, quizás, en algunas ocasiones), me ha parecido original y digna de verse. El final, incoherente y sin sentido, es para mí lo mejor de la película, es la resurrección, el milagro completamente fuera de lugar e inesperado, dota a toda la película de una irracionalidad tan completa que se siente uno como un creyente en misa de Pascua o un niño esperando a Papá Noel.

Con la bonita estética dieciochesca de la película, los actores, que mejor o peor en sus actuaciones, sin duda son carismáticos, con el mensaje soteriológico que rodea toda la película, es difícil mantener la mente encendida y entender lo que está pasando, pero finalmente todo tiene sentido, es el caos ordenado de esta religión. Una pena no verla en el cine, porque podíamos haber hecho una misa con la comunidad pidiendo el bautizo monstruoso entre lágrimas y aplausos.