viernes, 16 de octubre de 2020

Artemis Fowl - 2020 - Kenneth Branagh

Lo mismo es que me hago mayor, pero me ha parecido falta de interés, incluso aburrida. Si fuera un poco más mala se daría la vuelta y podría ser vista de manera irónica, al estilo de El Muñeco Diabólico, pero ni eso.
El protagonista es absolutamente antipático, posee todo lo que uno puede odiar en un niño: resabido, agresivo y engreído, con la excusa de que se le supone muy listo, un superdotado (reconozco que me parece que no es un defecto únicamente de esta película, se está convirtiendo en un hábito de nuestro cine y TV el considerar que el comportamiento normal de quien es más listo o más fuerte es humillar a los más débiles o torpes).
Por otra parte, el ambiente se baña en el folclore irlandés, que, tal y como nos explican sin querer, es más
o menos el mismo que en todas partes: enanos buenos y malos, hadas, trolls, en definitiva los muñequitos del bien y el mal que abundan en todo occidente con distintos nombres, lo mismo podían ser Anjanas y Ojáncanos, si transcurriera en Cantabria. A lo mejor es que todos vienen de los celtas, pero lo mismo da, no se aporta nada en este sentido, salvo que se ha llevado a todos los personajes a escala humana, de manera que todos pueden interactuar más fácilmente con el protagonista. El misticismo y la magia se pierde completamente al concretarse en la historia, y el hecho de que citen a Einstein y a Hawking como coartada da un poco de vergüenza ajena. Cosas peores le han pasado a la Física en el cine, pero esta mixtificación según la cual la relatividad y la mecánica cuántica justifican todas las tonterías posibles hace un poco de daño a la Física real, desde mi punto de vista, como disciplina que se puede aprender si uno tiene interés, y que no es en absoluto esotérica, sino difícil.
La narración transcurre desde el pasado hasta el presente, narrada por uno de los personajes, sin aportar aquí tampoco nada original, desde Sospechosos habituales es un recurso que se ha utilizado a menudo, sólo que ahora se aplica a una película infantil. Todo ello con un tono épico que luego no se corresponde con la anécdota que se cuenta, totalmente carente de interés. Hemos avanzado tanto en el camino de la vulgarización que algunos parecen creer que se puede hacer Legend con los recursos y el lenguaje de Ocean´s Eleven.
En definitiva, se podría considerar una peli para poner a los niños, si uno tiene especial interés en que se sientan pobres y torpes y que aprendan que lo que hasta ahora era mala educación o incluso estupidez ahora es lo correcto y deseable. Basta escuchar la última frase del protagonista para mantenerla alejada del alcance de los niños.

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