Por fin llegaron las elecciones, y parece que llegaba una época de calma, pero no es así, la campaña electoral era la tormenta que presagiaba más tormenta.
El PP ha ganado las elecciones, pero sabe de sobra que tiene poco que celebrar, porque tiene muy difícil formar gobierno, y, lo que es peor, de poco le valdría, porque España es un sistema parlamentario, y un gobierno sin mayoría en el congreso ni se entiende ni es funcional. Como decía el lunes un periodista: puede estar gobernando el PP y mientras tanto derogando la reforma laboral o la ley de educación en el congreso, con eso, creo, está dicho todo. Necesita unas nuevas elecciones.
¡El PSOE ha ganado! Quizás está es la mayor muestra de sinvergonzonería postelectoral. Las encuestas y ciertas formas de comunicación han tomado demasiada fuerza, y parece que a este partido le basta con vencer a las encuestas. Es muy oscuro el futuro del PSOE, si pacta con el PP probablemente se hunda, si pacta con Podemos es ya casi seguro que se hunde... Si no pacta con nadie y fuerza unas nuevas elecciones, es muy posible que acabe hundido... se puede decir de varias formas, pero el fondo es el mismo.
Podemos ha sido el claro ganador de estas elecciones, con casi setenta escaños en su primer intento, algo inaudito en nuestra democracia. Están tan contentos que Pablo Iglesias se atreve a poner como condición para dar su apoyo una reforma constitucional, que por otra parte, si quiere ser profunda, no sería viable sin apoyo del PP, que no parece muy dispuesto. Podemos quiere nuevas elecciones, porque de todos los partidos puede ser el que más claro tiene que quiere gobernar, o César o nada, aunque ellos sólo piensan en César, claro, nada de nada. Toda resistencia es fútil.
Ciudadanos ha perdido las elecciones, esto es difícil de entender, porque ha sacado 40 diputados en su prime intento, que no está nada mal, pero, como casi todos, se enfrenta sobre todo a las encuestas, y dado que hasta hace muy poco era considerado un claro segundo puesto, con posibilidades de ser primero, pues ha perdido. Su papel tras las elecciones ha quedado en poca cosa, ni puede hacer nada solo, ni aliado con el PP o el PSOE, así que depende completamente de lo que hagan los demás, sin que quede muy claro de si le convienen 4 años de asentamiento o la repetición de las elecciones, porque las oscilaciones de estos partidos nuevos parecen enormes, y lo mismo sería un triunfo que un fracaso.
IU también ha perdido, o lo que sea, parece que acabó la campaña con fuerzas renovadas, pero se ha quedado en nada, porque el voto de la extrema izquierda se ha concentrado en Podemos, y no les ha quedado espacio. Su futuro parece estar más en una fusión con el partido violeta (morado, malva) que en una repetición o no de las elecciones.
Los diversos nacionalistas pueden ser importantes en caso de una gran coalición de partidos pequeños (que no perdedores), pudiendo abocarnos a un futuro todavía más incierto.
Personalmente creo que la mejor opción es que se repitan las elecciones, y no parece que vaya a haber muchos partidos en contra, dado que la mayor parte de ellos, y probáblemente los tres mejor situados, creerán más en mejorar sus resultados que en empeorarlos... De lo contrario tendremos que elegir entre un gobierno sin poder o un poder sin gobierno, y ninguna de las dos cosas parece una buena perspectiva para España.
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